La obra del artista albanés Anri Sala cuestiona las construcciones de los lenguajes no verbales a partir de las implicaciones sensoriales que estas conllevan. El sonido y la vista son dos de los sentidos primordiales en su producción, la cual consiste en videos, instalaciones fotográficas y performances que se aproximan a la consideración de múltiples interpretaciones alternativas a lo establecido.
La pieza Three Minutes (Tres minutos) (2004) presenta una proyección en blanco y negro sin sonido en la que se observa un platillo de percusión metálica de una batería, filmado bajo una luz estroboscópica durante tres minutos. La repetición es crucial para generar una sensación hipnótica basada íntegramente en la recepción visual. El artista priva a un instrumento musical de su función primordial y recurre específicamente a las propiedades inherentes del objeto, las cuales activa por medio de la luz y evidencia el ritmo que surge de su materialidad y de su estética sensorial percibida de manera directa.